viernes, 2 de diciembre de 2016

PORTADA DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN DE SOS. PURO ROMÁNICO

Tras pasar el túnel o claustro de Santa María del Perdón accedemos a una explanada desde la que podemos disfrutar del vasto y maravilloso paisaje que nos rodea y observar detenidamente las amplias vistas que desde este sitio podían tener los defensores de la Villa. Debido a la altura en la que nos encontramos y al estar desprotegidos de cualquier muro, natural o artificial, que frene las embestidas del viento, este lugar es bastante frío, sobre todo en invierno. Por ello, popularmente a este lugar se le llama “rechelao” (rehelado)
Saliendo del túnel del Perdón (arco inferior) se accede a la iglesia superior de San Esteban
Nos encontramos en el siglo XII, en pleno esplendor del románico tanto arquitectónico como escultórico, y la iglesia de San Esteban constituye una buena muestra de la conjunción y armonización entre ambas artes.
La escultura románica, aparte de cumplir una función decorativa embelleciendo tanto el exterior como el interior modesto de las construcciones religiosas, responde a una función didáctica y pedagógica. La decoración convertía al templo en una auténtica Biblia ilustrada para transmitir los fundamentos del cristianismo a las clases populares. Sin embargo hay que suponer que existían diferentes niveles de comprensión según el tipo de espectadores, laicos o eclesiásticos, y que la ubicación de los distintos programas iconográficos también dependía del público al que iban dirigidos. En todo caso, y para asegurar una correcta interpretación, en numerosas ocasiones aparecían inscripciones que desvelaban la identidad del personaje representado (en el pórtico de la iglesia de San Esteban de Sos vamos a ver varios ejemplos) o aportaban la clave interpretativa del conjunto.
La fachada de los templos románicos, punto de transición entre el mundo terrenal y el espiritual, será el lugar donde la escultura románica va a desarrollar sus grandes empresas programáticas. En la decoración de las fachadas no sólo se desarrollaron temas que sintetizaban la doctrina cristiana sino también la forma de cómo ésta entendía el mundo. Normalmente estos programas inducían a la penitencia a todos aquellos que acudían a la casa de Dios, a través de motivos iconográficos directamente asociados a la obra de la salvación, la Ascensión o la Transfiguración.
Se desarrolló también una iconografía visionaria, inspirada en el Apocalipsis de Juan o la Visión de Mateo, de carácter sintético, que se estructura casi siempre alrededor de la teofanía. La imagen más frecuente es la aparición de Cristo en majestad sentado en el interior de una mandorla con un libro en la mano izquierda y bendiciendo con la derecha, rodeado por los símbolos de los cuatro evangelistas y también, en algunas ocasiones, por los veinticuatro ancianos del Apocalipsis.
Los trabajos escultóricos podían comprender únicamente las arquivoltas y los capiteles que las sostenían o abarcar también el tímpano, cuando la fachada lo poseía, o todo el muro, como si se tratara de la doble página de un libro miniado. En el arte escultórico románico, al igual que en el arquitectónico, se observa un continuismo a partir de inicios del siglo XII al que se van a ir incorporando algunas novedades góticas procedentes del norte de Francia.

Paulatinamente, la escultura intentará liberarse de su sujeción al marco arquitectónico; los capiteles y modillones, hasta este momento simples elementos estructurales que podían ornamentarse, serán considerados autónomos y serán tratados con decoración independiente. Dentro de la misma línea hemos de destacar la aparición de la estatua-columna. Por otra parte, parecerá que la escultura invade la propia arquitectura, extendiéndose a lo largo y ancho de las fachadas y en las arquivoltas que enmarcan y protegen el tímpano, siendo cada vez mayor la penetración de temas profanos (saltimbanquis, danzas, batallas caballerescas, amores cortesanos…), casi siempre interpretados simbólicamente como ocurre en Sos del Rey Católico y en Santa María de Uncastillo, la iglesia más rica y mejor tallada de las Cinco Villas





Portada de la iglesia
Tras esta breve introducción a la escultura iconográfica de la época, veamos la portada principal de la iglesia de San Esteban y observaremos en ella el más puro estilo románico.
La portada está trazada en amplio arco de medio punto rebajado y bastante deteriorada por los rigores climáticos antes mencionados. Precisamente para protegerla de las inclemencias del tiempo que azotan esta explanada, se construye en el siglo XVI un atrio ante la portada, de arco gótico decorado con crucería. Grabado en uno de los muros del atrio podemos leer una cita del Evangelio según San Mateo: “DE TODA PALABRA OCIOSA DARAN LOS HOMBRES CUENTA RIGUROSA” (Mateo, cap.12.vers. 36).Es otra sentencia de las mismas características y realizada con la misma finalidad que las otras dos que se encuentran en la fachada del Ayuntamiento, y en la que Mateo dice por boca de Jesús: “Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, pues por tus palabras serás absuelto, y por tus palabras serás condenado”







Tímpano de la portada y crucería gótica del atrio
En el centro de la portada, el tímpano contiene una escena de Cristo en Majestad, bendiciendo y sosteniendo el Libro de la Vida abierto elevado con su mano izquierda, enmarcado en mandorla. Rodeando al Señor, los tetramorfos (símbolos de los cuatro evangelistas vueltos a la versión divina), el águila de San Juan, el ángel de San Mateo, el toro de San Lucas y el león de San Marcos; completan la escena cuatro ángeles y dos orantes.
Por encima del tímpano se alzan tres arquivoltas decoradas con motivos de las escrituras y de animales y otros seres fabulosos, como una representación de las cosas creadas por Dios, dispuestas en el sentido de su curvatura. En las acanaladuras de las arquivoltas, decoración de palmetas y geométrica. Las arquivoltas apean en capiteles con decoración vegetal, por medio de ábaco corrido decorado con palmetas muy elaboradas.
Columnas-estatua de la parte izquierda del pórtico
Columnas-estatua de la parte derecha

 Las columnas subyacentes, tres a cada lado, son columnas-estatua, técnica escultórica relacionada con obras del norte de Francia, concretamente de Chartres y la Borgoña. Solamente hay en Aragón otro lugar con estatuas columnarias, y es la iglesia de San Gil, en Luna. Entre columna y columna, en las aristas de los resaltes, grupos de tres figuras superpuestas de entre las que distinguen varios personajes femeninos, un músico, oficios artesanos, San Miguel luchando con el demonio y un San Jorge descabezado alanceando un dragón serpentiforme con la cola anudada. En otros relieves recolocados se reconocen escenas de la Visitación y la Epifanía del Señor.



San Lorenzo
Obispo García
San Juan

                            Las estatuas columnarias del lado este, a nuestra izquierda, y de afuera adentro encontramos en primer lugar a San Lorenzo o San Vicente (los dos aragoneses y martirizados del mismo modo), que porta la parrilla, símbolo de su martirio. La siguiente columna-estatua muestra a un obispo barbado provisto de mitra y báculo de amplia voluta apretado contra sí.  Se ha apuntado la posibilidad de que represente al obispo-infante García, hermano de Sancho Ramírez, quien en el mes de julio de 1086 muriera en Anzánigo y fuesen depositados sus restos en la cripta de este templo; otros piensan que representa al obispo compostelano Diego Peláez, acogido por el rey en Aragón al ser desterrado de Castilla por Alfonso VI. La tercera estatua representa a San Juan Evangelista, que porta unos evangelios con tapa bellamente decorada a base de una escena de la crucifixión de Cristo. En la tapa del evangelio figura una inscripción de 3cm. de alto: “TEST (IS)-EVA(N) GELI (Testigo del evangelio)
El Rey David
La Reina Estefanía
El monje Pelayo













En el otro lado (a nuestra derecha) encontramos, de dentro a afuera, al Rey David. Sobre el instrumento musical que está tocando, una fídula, se explicita su identidad: “REX DAVIT”, inscripción distribuída a ambos lados del arco y cuerdas. Con letra más pequeña, y en hebreo, en el cuadrante inferior derecho de dicho instrumento, aparece una inscripción en hebreo, que ocupa dos líneas, donde la inferior está bastante mal conservada, y que parece ser la versión hebrea del mismo en latín (Rex David), aunque no está del todo claro.(ver inscripción). Probablemente fue redactada por algún judío al mismo tiempo que la inscripción latina, lo que indicaría la presencia de judíos ya en ésta época, si bien la aljama judía no quedó constituída en Sos hasta el último cuarto del siglo XIII. Claras influencias orientales se advierten en la figura del rey David, cuya túnica se abre por encima de las rodillas, dejando ver unas piernas desnudas y cruzadas, y que halla su réplica en algunos ángeles de capiteles del interior de la iglesia.
En el centro encontramos una figura femenina adornada con toca y corona que algunos identifican como la Reina de Navarra, Estefanía, pues en su corona puede leerse la inscripción: DONA E…NIA (Doña ...), extremo que no se puede confirmar; dicha inscripción mide 10 cm. de longitud y aproximadamente 1 cm. de caja, encontrándose en un estado muy deteriorado, especialmente en su zona central. Y en la parte más externa, el monje Pelayo, con barba y traje corto, cuyo nombre está epigrafiado en su pecho: “PELAIVS”, quien descubriera en el año 814 la tumba del apóstol Santiago e indicando aquí la vocación jacobea de la iglesia de Sos. Esta inscripción tiene una longitud de 10 cm. con una caja de 2,5 cm.
Pórtico de San Esteban. Primer cuarto del siglo XX. Fotografía de Juan Mora Insa. Archivo fotográfico de José Galiay.
 Los restos que quedan de pintura en alguna de las esculturas nos indica que toda esta escultórica portada estaba pintada para realzar aún más su presencia, fijar la atención de las personas y cumplir así su didáctica función.
 La puerta de la iglesia es de nogal, del siglo XVIII, con incrustaciones de boj, en cuadros y cartelas, en forma de concha en la parte superior. La puerta ha sido rehecha con un dintel rebajado. A través de la misma accedemos al interior de la iglesia románica.



BIBLIOGRAFIA


-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. El románico en Cinco Villas. I.F.C., D.P.Z. Zaragoza, 1979.
-CABAÑERO SUBIZA, BERNABÉ y ESCRIBANO SÁNCHEZ, J. CARLOS. Corpus de las inscripciones medievales de las Cinco Villas (Zaragoza) siglos XII y XIII. Suessetania 12. C.E.C.V. Ejea de los Caballeros, 1992.
-CANELLAS LÓPEZ, ÁNGEL Y ÁNGEL SAN VICENTE. Rutas románicas en Aragón. Encuentro, S.A. Zaragoza, 1975.
-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. Sos del rey Católico. Iglesia Parroquial de San Esteban. Edilesa; monografías, serie roja nº 51. León, 2001.

-Archivo fotográfico de José Galiay. D.A.R.A., A.H.P.Z.
-Historia del Arte Espàñol. T. IV. La época de los monasterios. Planeta. Barcelona, 1995.

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