domingo, 2 de agosto de 2015

BARTOLOME ESPAÑOL

                         Bartolomé Español, vecino de Sos, perteneció a un linaje ganadero que poseyó una de las mayores líneas ascendentes en el estatus social, político y económico de la villa a finales de la Edad Media. Fue notario de la villa y en el año 1480 fue baile de Sos, en 1482 desempeñó el cargo de jurado, habiendo constancia de que en el año 1488 estaba insaculado en la bolsa segunda de las tres que existían en la villa. A partir de ese momento su participación en el gobierno sosiense fue mucho más habitual: jurado y juez de la Santa Hermandad en 1489, jurado en 1495 y 1497; baile en 1501; consejero en 1503; Justicia en 1505; jurado y consejero de la Santa Hermandad en 1507, diputado por el brazo de los infanzones y clavero en 1510, entre otras magistraturas de carácter local. A todo esto hay que añadir sus magníficas relaciones con la monarquía, probablemente porque su hermano Gil Español fue secretario del arzobispo de Zaragoza, auténtico alter ego del Rey Católico en Aragón. De esta forma cuando los judíos fueron expulsados del reino en 1492, Bartolomé  fue nombrado procurador por el escudero zaragozano Juan del Río, una de las personas que recibían rentas reales de los judíos de Sos, para que alquilase o vendiese los inmuebles de los emigrados que habían pasado a formar parte de su patrimonio tras comprarlos por 5.000 sueldos a los comisarios reales encargados de supervisar la expulsión[1]. El conjunto de bienes que Español tuvo que administrar, según Cabezudo Astraín, fue de 31 casas y 43 viñas, huertos y yermos[2], siendo el encargado de decidir a quién, y por cuánta cantidad, traspasar estos inmuebles, lo que en la práctica supuso una profunda redistribución de la propiedad de muchas tierras y viviendas, al margen del beneficio económico que esto le reportaba a Bartolomé.
Escudo del apellido español
En 1495 recibió por parte de los jurados el encargo de reformar la lista de insaculables en colaboración con las personas que designase el rey o el arzobispo de Zaragoza, posiblemente por sus buenas relaciones con la Corona, con lo que también pasó a proveer qué vecinos de la villa podían participar en la vida pública local y en qué grado. Como es lógico, la conjunción de tanto poder en un mismo individuo provocó el recelo primero, y el malestar después, de amplios sectores de la población, que llegaron a nombrar en junio de 1498 como procurador al infanzón Miguel de Sada, menor de días, para que denunciase ante la Corte los abusos que a su juicio había cometido Bartolomé Español en la confección de la matrícula de insaculables, acusándole de nepotismo por haber incluído en la lista a su padre, hermanos y otros parientes suyos e incluso a algunos extranjeros del reino porque eran sus amigos[3]. La animadversión contra el todopoderoso prohombre llegó a suscitar hasta un intento de asesinato contra él en mayo de ese mismo año en la plaza de la villa por parte de los hidalgos Miguel de Sada y Martín de Olleta, quienes mataron en el altercado a dos parientes de Bartolomé Español[4]. Es por todo esto por lo que se inició una guerra de bandos entre los linajes de los Sada, perteneciente a la nobleza tradicional, y los Español, que en el transcurso del Cuatrocientos experimentó un proceso de ascenso social que culminó con la infanzonía por varios miembros del grupo a mediados de los noventa del siglo XV. Probablemente la ascendente trayectoria de los Español fue la que motivó en parte el enfrentamiento con los Sada, ya que habían acaparado muchas parcelas de poder en la localidad y en la comarca, con lo que su prestigio social se había incrementado de manera notable. Los enfrentamientos fueron tan violentos que llegaron incluso a contratar mercenarios extranjeros, cometiéndose actos violentos de tal magnitud que obligaron intervenir a las autoridades del reino, como el arzobispo de Zaragoza, la Diputación y comisarios reales, quienes finalmente en noviembre de 1499, tras efectuar una nueva reforma de la insaculación, consiguieron pacificar la localidad.
A pesar de protagonizar esta encarnizada confrontación que desagradó a los dirigentes de las principales instituciones aragonesas, Bartolomé Español y su familia prosiguieron su particular proceso de ascenso social y político, hasta tal punto que Bartolomé fue diputado del reino en el ejercicio de 1507-1508 por los escuderos, mientras que su pariente Español de Sos gozó de semejante privilegio en 1513-1514, no debiendo olvidarse que bajo su reinado Fernando el Católico consiguió colocar en la Diputación a personas de su confianza y proclives a su política reformista,[5] entre las que se encontrarían los Español.





[1] A.H.P.S., Bartolomé Español, p. 480, ff. 22-29v.
[2] Cabezudo Astraín, J. La judería de Sos del Rey Católico. Sefarad, XXXII, 1972, pp. 89-104.
[3] A.H.P.S., Miguel de Marta, p. 1.169, s.f.
[4] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 440, ff. 22v-24.
[5] José Angel Sesma Muñoz, La diputación del Reino de Aragón, pp. 66-70.





BIBLIOGRAFIA

-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C.(C.S.I.C.). Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.
-CABEZUDO ASTRAIN, JOSÉ. La judería de Sos del Rey Católico. Sefarad XXXII. 1972.
-SESMA MUÑOZ, JOSÉ ÁNGEL. La diputación del Reino de Aragón en la época de Fernando el Católico. I.F.C. Zaragoza, 1977.
En la web:
-www.plusesmas.com. Escudos y apellidos


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