viernes, 24 de febrero de 2017

EL PALACIO DE SADA

Palacio de Sada. Lugar de nacimiento del rey Fernando el Católico. Sos del Rey Católico


                       En el promontorio occidental sobre el que se asienta la villa de Sos, y sobre las ruinas del antiguo castillo[1], se edificó en el siglo XV el palacio de los Sada, reformado posteriormente en los siglos XVI y XVII.
Por su morfología fortificada, construído en piedra de sillería, rematado por almenas y los pequeños remates en las esquinas recordando torreones, comprobamos que estamos ante un  edificio de arquitectura civil-militar típico de las mansiones aragonesas del siglo XV, de transición entre las fortalezas medievales a los palacios renacentistas del siglo XVI. A principios del siglo XX quedó abandonado y  posteriormente fue restaurado en su totalidad.

Palacio de Sada. Sos del Rey Católico







    El acontecimiento más notorio que acaeció en esta casa fue, sin duda, el nacimiento el 10 de marzo de 1452 del futuro rey de Aragón Fernando el Católico.

           La entrada del edificio está formada por una gran puerta de medio punto acogiendo en su parte superior el escudo de los Sada, familia noble asentada en Sos.  A su derecha una gran ventana con otro arco de medio punto, donde en la dovela superior, o clave, vemos un escudo con las barras de Aragón y sobre él, en un pequeño rombo, se lee IHS; sobre dicho rombo, y a los lados, se encuentran dos pequeñas estrellas de ocho puntas. Esta ventana fue en un principio la entrada principal de la casa de los Sada y, según cuenta la tradición, es la que atravesó el futuro monarca para recibir el bautismo en la iglesia de San Esteban. Hay que tener en cuenta que en un principio la casa de los Sada no tenía la embergadura que posee actualmente, sino que el edificio fue ampliándose en varias ocasiones debido, en parte, a los beneficios y privilegios concedidos por el rey a la familia Sada por haber acogido en su casa a la reina Juana Enríquez en el momento del nacimiento de su hijo Fernando. Fruto de estas ampliaciones se convertiría en el monumental palacio que actualmente vemos.
Primera puerta del palacio (hoy convertida en ventana)
Al traspasar la puerta de entrada del palacio accedemos a un amplio patio con una monumental escalera que nos conduce a la estancia más famosa de esta casa: la habitación donde nació el rey don Fernando; aquí podemos ver el sitio que ocupó el real lecho de doña Juana. Más tarde, en el siglo XIX, alguien mandó poner un azulejo con la siguiente inscripción:    “HABITACION EN QUE NACIO FDO. EL CATOLICO”.
         Este real suceso del nacimiento del Monarca ha quedado conmemorado por la Institución que lleva su nombre con una lápida, realizada por los artistas aragoneses hermanos Albareda, que aparece colocada en el propio palacio en la que se lee:
     “La Institución Fernando el Católico, para perpetuar la memoria de que en este lugar y en el día X de Marzo del año de gracia MCDLII vino al mundo el glorioso Monarca que da nombre a esta Institución, colocó esta lápida el día X de Marzo de MCMXLVI”



Puerta de entrada con el escudo de la familia Sada sobre ella.
La razón por la que los reyes eligieron este palacio para el alumbramiento del príncipe se debe a que Juan II y Juana Enríquez mantenían una fuerte amistad con la familia Sada, ya que se hospedaban en su palacio cada vez que cruzaban Sos con motivo de las contiendas con Navarra; por eso cuando la reina sintió los primeros síntomas del parto, y hallándose en la cercana Sangüesa (Navarra), no dudó un instante en traspasar la frontera y dar a luz a su hijo en Aragón, acogiéndola los Sada en su mansión. Este hecho, como antes se ha señalado, supuso que la familia Sada obtuviese muchas prerrogativas por parte de la Corona, como demuestra la carta donde Fernando, como príncipe, ordenó al baile de los judíos el 12 de mayo de 1468 que pasara a posesión de Martín de Sada un patio de los hebreos que estaba junto a la vivienda del infanzón.
 Poco después de la muerte de Juan II, el 20 de marzo de 1479, Fernando el Católico concedió a Miguel de Sada, hijo de Martín, un privilegio por el que disfrutaría vitaliciamente de las pecunias de los peajes de El Real y Sádaba que sobrasen tras pagar algunas caballerías de honor que estaban cargadas sobre los mismos. Poco después se suscitó un pleito entre Miguel de Sada y el baile general de Aragón que llegó hasta la Corte del Justicia del reino, quien ordenó secuestrar los peajes como medida cautelar hasta que se dictase una sentencia. Ello obligó a intervenir de nuevo al monarca en 1481 dictando una provisión real por la que se debían arrendar cada tres años estos peajes al infanzón, a cambio de que abonase las caballerías correspondientes[2].
Posteriormente, en febrero de 1482, Miguel de Sada entregó el privilegio y la provisión reales al nuevo baile de Aragón, quien debido a que se habían arrendado los peajes durante cuatro años al mercader zaragozano Francisco Bojons decidió dar al escudero la cantidad que se había pagado por este arrendamiento; también se estipuló que después del cuatrienio los peajes les serían arrendados al hidalgo o a quien él quisiera, salvo que hubiese un tercero que ofreciese una suma mayor, en cuyo caso el dinero iría a parar al propio Sada[3].
De esta forma esta familia obtuvo rentas durante un período prolongado sobre algunos peajes de la frontera con Navarra, lo que les supuso unos ingresos fijos de cierta envergadura.

La familia Sada

                      La familia de Sada se remonta a la época del primer rey navarro, Iñigo Arista, en la que un Fortuñio, oriundo de Provenza, vino a fundar casa en la villa de Sos, y por haberse apoderado del castillo de Sada, en poder de los moros, así como del de Javier, que luego perdió, adoptaría por apellido de su linaje el nombre del primero, Sada. Ennoblecidos, pues, por sus éxitos militares en la Reconquista, posteriormente se asentaron en Sos conformando en el siglo XV una de las familias de infanzones de la villa.
            En conmemoración al acontecimiento histórico del nacimiento del monarca en la casa de esta hidalga familia, el primogénito de la familia Sada se llamaría Fernando y después, por tradición, todos los primogénitos de las sucesivas generaciones hasta la extinción de la familia. Zurita dice que el nombre que se le dio al infante recién nacido, Hernando, fue en recuerdo de su abuelo el rey don Hernando (el de Antequera).
 Los Sada fueron señores de Camporreal, término próximo a Sos, y de esta posesión tomaron a mediados del siglo XVII el título de marqueses, concedido por Carlos II, adquiriendo en el siglo XVIII la categoría de "Grandes de España".
           Además de Hernando de Sada, dueño de la casa en 1610 y citado por Labaña, se conocen los siguientes miembros de la estirpe:
Don José de Sada y Secastilla, nacido en 1639, casó con Dña. María Teresa de Antillón, fué el primer marqués de Camporreal, quizás por muerte del hermano mayor llamado Fernando.
Don Fernando de Sada y Antillón, nacido en 1671, segundo marqués de Camporreal, y casado con Dña. Victoria Bernarda Contreras Latorre, condesa de Covatillas.
Don Fernando de Sada, tercer marqués, casado con Dña. María Ignacia Bermúdez de Castro y Azlor.
Don Fernando de Sada, cuarto marqués, no tuvo sucesión.
El quinto marqués, su hermano, tampoco la tuvo.
El sexto marqués, don Fernando de Sada y Matigó, casado con la Sra. Montaner, era dueño del Palacio en 1790; antes, en 1710, lo habían sido don Fernando de Sada, canónigo de la Seo de Zaragoza, y don Adrián de Sada, colegial mayor del de San Bartolomé de Salamanca.
El séptimo marqués, en 1831, fue don Fernando de Sada y Montaner, Conde de Cobatilla, casado con Dña. Evarista López Lispegner. Falleció en 1862.
El octavo marqués rompió con la tradición; se llamaba don Eduardo de Sada y Lisperguer; no tuvo sucesión; su hermana se llamaba Fernanda, y casó en 1862 con D. Narciso de la Torre Marín, Conde de Torre Marín.

Cambio de propietarios
                      D. Eduardo de Sada Lispenguer y Montaner, marqués de Campo Real y conde de Covatillas, vendió en 1869 el patrimonio y palacio de Sada a don Pascual Ubeda y doña Joaquina Millán, vecinos de Zaragoza, rompiendo de este modo la tradición de la saga de los “Fernando de Sada”.
                       En 1871 el palacio pasó a poder de D. Nicomedes Rufas y Calvo, hasta el año 1876, en que son propietarios D. Gaudencio Fortis y Dña. Jorja Ubeda. En 1884 es propietario D. Narciso Palomar; en 1904 fue enajenado el palacio a favor de Pascual Ubeda y Joaquina Millán y, por otros cambios de dominio algo complicados, figuran después como propietarios Dña. Eustaquia Caballero y la familia de Palomar.
 El palacio fue abandonado y el paso de los años fue dejando el edificio en un estado lamentable y ruinoso.
             
El palacio de Sada, monumento arquitectónico-artístico.
A comienzos del siglo XX vecinos e instituciones de Sos deseaban rescatar del olvido este emblemático edificio que se encontraba totalmente maltrecho, abandonado y en ruinas. 
Para ello, la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades de Zaragoza propuso que la Casa-Palacio de los Sada sita en Sos, y en la que nació el monarca Fernando el Católico, fuera declarada monumento arquitectónico-artístico, y lo fue por R.O. de 15 de septiembre de 1924.
                 D. Francisco Javier Arraiza, periodista, recogiendo las iniciativas de la Junta Local Fernandina de Sos, con el apoyo del Ayuntamiento y de los vecinos, quizás augurando, sin pretenderlo, en lo que actualmente se ha convertido el palacio, publicó un patriótico manifiesto en un periódico en el que decía:
                 “...El solar de D. Fernando será el solar de la raza, alcázar donde tenga trono el espíritu de aquel rey, genuina representación del alma inmortal de España. En él aprenderemos todos y aprenderán las generaciones futuras a caminar en las vías del progreso frente a la Historia, recibiendo de ella inspiraciones y enseñanzas.
              Sos del Rey Católico, como pueblo noble y generoso, quiere ponerse al frente de este movimiento redentor, celebrando una magna Fiesta de la Raza que, al propio tiempo, será homenaje a sus hijos adoptivos: el Sr. Obispo de Jaca, D. Frutos Valiente; D. Antonio Royo Villanova y D. Víctor Pradera, en reconocimiento de los trabajos realizados por los dos primeros en favor de la conservación del palacio de los Sada y por la brillante labor de saneamiento histórico llevada a cabo por el tercero, en reivindicación de la figura del gran Rey Católico...”[4]
Ahora había que elevarlo a monumento nacional, por lo que dicha Junta y la comisión de Monumentos de Zaragoza pidieron al Estado su declaración de monumento nacional.

El palacio de Sada, monumento nacional.
La real Academia de la Historia aprobó el 28 de febrero de 1925 un informe de Eduardo Ibarra Rodríguez (ver informe) impulsando a declarar como monumento nacional el Palacio de los Sada por haber nacido allí Fernando el Católico. Dicha declaración de monumento nacional se hizo atendiendo sólo al interés histórico de dicha Casa-Palacio, ya que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando estimó que carece de factores positivos de arte para en su mérito proceder a la mencionada distinción oficial.

Finalmente, el 10 de marzo del mismo año 1925, se publica en la Gaceta de Madrid una Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes por la que se declaraba Monumento Nacional la Casa Palacio de Sada, quedando el edificio bajo la tutela del Estado.
“S.M. el Rey (q.D.g.) ha tenido a bien disponer se declare monumento nacional la histórica Casa-Palacio que perteneció a la antigua familia de los Sada, donde nació Don Fernando el Católico, sita en Sos (Zaragoza), quedando el mencionado edificio, desde el momento de tal declaración, bajo la tutela del Estado y la inmediata inspección y vigilancia de la Comisión de Monumentos de Zaragoza.”
De R.O. lo digo a V.I. para su conocimiento y efectos.
Dios guarde a V.I. muchos años.
Madrid, 28 de febrero de 1925. El Subsecretario encargado del Ministerio, Leániz.
Sr. Jefe encargado de la Dirección General de Bellas Artes

Derrumbamiento del palacio.
                 A finales de 1923 el estado del palacio era lamentable. El Estado ordenó a los propietarios de la finca que realizaran por su propia cuenta las obras necesarias para evitar la progresiva ruina y el total desplome del edificio. La orden no fue atendida, “dando largas” los propietarios de que las obras serían realizadas. Pero el tiempo transcurría, se agotaron los plazos y el deterioro del inmueble y su ruina seguía avanzando. Con la llegada de las lluvias, del crudo invierno y sin los medios materiales adecuados para atajar el progresivo deterioro, el palacio estaba destinado a “morir”.

Lamentable estado del palacio de Sada, apuntalado y amenazando desplome. Fuente: Juan Mora Insa. 1924.



  Por ello, en enero de 1924 el alcalde de la villa, D. Federico Ladrero, al observar ciertos movimientos graves en los muros del palacio, decidió apuntalarlo. La solución no fue eficaz, las grietas aumentaron, por lo que se procedió a declararlo en estado de ruina ordenando el desalojo de los inquilinos por riesgo de derrumbamiento de la fachada principal. En este sentido cabe decir que el Ayuntamiento había permitido alojarse en el edificio a varias familias necesitadas sin pagar renta alguna, pero estando expuestos a ser desalojados cuando el Consistorio lo creyera conveniente, como así ocurrió.
A mediados de diciembre el estado del edificio era desesperado y finalmente, como era de esperar, en enero del año siguiente se derrumbó la parte oriental de la fachada principal.
         
Derrumbe de la parte oriental de la fachada. Fuente: ABC

      Ante el riesgo de sucesivos derrumbamientos se instó a los propietarios para que tomaran medidas urgentes, pero como fuera que se hallaban en paradero desconocido, se publicaron anuncios en la Boletín Oficial de la Provincia a los que sólo respondió Dª Eustaquia Caballero Castillejo, quien otorgó al Ayuntamiento la potestad de realizar las reparaciones necesarias, puesto que los propietarios " no se hallan en condiciones de hacer gastos".
             Al mismo tiempo se le propuso, como la solución más conveniente, la cesión del edificio al Estado, y como ésta propuesta tampoco llegaba a un resultado práctico, el 6 de octubre de 1928 se decidió expropiar el edificio por parte del Estado, alegando que las obras de mantenimiento habían corrido a su cargo y que debido al paradero desconocido de los propietarios y al abandono del edificio, se había utilizado el palacio para diversas actividades culturales para el disfrute del pueblo.
           Por fin, el 27 de marzo de 1929 se dispuso la incautación del inmueble por el Estado, y sigue la tramitación del expediente hasta que el 9 de septiembre pudo considerarse terminado.
              El 1º de agosto de 1929 se había formado ya el proyecto de reconstrucción del palacio, sin embargo los propietarios del palacio, defendidos por el señor López Hermida, recurrieron ante el Tribunal Supremo en abril de 1931 contra la disposición estatal que fijaba la indemnización a recibir por los dueños, pues éstos reclamaban mayor indemnización[5].
            El estado del palacio, prácticamente derruído y en total estado de abandono, era lamentable. Un periodista de ABC, José L. Barberan, visitó Sos el 26 de octubre de 1930, describiendo de esta forma el estado del mismo: “…esas puertas, esas ventanas, cómo se van desplomando, cómo las van destruyendo el tiempo…Se hundió no hace mucho la parte de la derecha, pronto se hundirá la otra…Dentro se refugian pastores y ganado, y en noches de invierno hacen fuego con leñas secas y maderas de balcones y ventanas que arrancan a golpe de hacha…La chiquillería también hace de las suyas, ya que el escudo de armas que hay sobre la puerta lo van destruyendo a pedradas…Quedan aún restos de artesonado que pregonan lo que fue esta mansión, como también lo que queda de la escalera…Las paredes están ennegrecidas por el humo de los fogariles…Grandes grietas serpentean por las paredes, ni una losa en el pavimento…La regia y suntuosa morada es hoy el peor de los establos, la más repugnante de las cuadras…”[6]
                A partir de esta fecha se entra en un período de paralización absoluta hasta el año 1939.Todo quedó paralizado y el desplome total se produjo. Ahora tocaba restaurarlo.

El lento camino hacia la restauración
El 18 de noviembre de 1939, el Sr. Presidente de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, D. Miguel Allué Salvador, apoyando las iniciativas del Ayuntamiento de Sos, estudió la posibilidad de iniciar las obras de reconstrucción.
En al año 1941, como consecuencia de la visita que hizo a Sos el barón de Benasque, Gobernador Civil de la provincia, que acogió con entusiasmo la idea, se forma la Junta Local Fernandina, y bajo su auspicio y apoyo incondicional del alcalde de Zaragoza, el alcalde de Sos y el P. Rector de los Escolapios de Sos, y con las oportunas autorizaciones, iniciaron una campaña en favor de la reconstrucción del palacio de los Sada, abriendo para este fin una suscripción nacional que no dio los frutos deseados, pues se recaudaron poco más de 100.000. pesetas, (50.000 aportadas por la Diputación)[7], cantidad que resultaba insuficiente para lo que se pretendía.
El 3 de noviembre de 1941 se iniciaron las obras de desescombro del recinto. Se comenzó a desmontar la parte de la fachada principal que todavía quedaba en pie. Los fondos se agotaron, pero las obras continuaron; los obreros de Sos se prestaron voluntaria y gratuitamente en los trabajos de extracción de escombros.
                       En los años 1942 y 1943 continuaron las obras, quedando a la vista las huellas de los muros, y se comenzó a cimentarlos de nuevo y a construir sus alzados, teniendo la precaución de unirlos con algunas jácenas y viguetas correspondientes al entramado definitivo, para sujetar eficientemente unos contra otros. Se ultimaron en parte las fachadas y se montó la cubierta de la parte correspondiente a partir del ángulo derecho, hasta unos dos metros más adelante de la portada principal. Se cerró con un muro la parte derecha con carácter definitivo, y en 1945 se paralizaron totalmente las obras.

Pero el pueblo seguía decidido a restaurar el edificio. Si San Juan de la Peña se reclamaba como la Covadonga de Aragón, Sos sería quizás el lugar que mejor representaba el ambiente en el que se había fraguado la supuesta raza aragonesa, además de ser el lugar de nacimiento del rey Fernando. Sus calles empinadas, los viejos caserones nobiliarios, la preeminencia de la piedra sobre el ladrillo del valle, etc. Todo ello representaba el viejo esplendor medieval ahora en decadencia, pero presto a resurgir bajo el impulso del Nuevo Estado. Si Madrigal de las Altas Torres, lugar de nacimiento de Isabel la Católica, ya había recibido la atención de las autoridades, la villa de Sos no iba a ser menos.
A partir de entonces se siguió luchando, se recibieron muchas promesas, pero en eso quedaron, como la de 1950 de Dn. Martín Artajo, entonces ministro de Exteriores, que en una visita al Palacio de Sada, llegó a prometer su reconstrucción.

La restauración del palacio por Teodoro Ríos

                    El empuje definitivo llegó el 2 de julio de 1955, cuando el Excmo. Señor don José Manuel Pardo de Santayana y Suárez, Gobernador Civil de la provincia organizó el Patronato para su restauración con tanto entusiasmo que el día 18 del mismo mes dieron comienzos las obras, que tras una pequeña interrupción, llevarían a feliz término la tan anhelada restauración de manos del arquitecto Teodoro Ríos Balaguer, a través de la Diputación Provincial, espoleada por la Institución “Fernando el Católico”.
                 El ICHA (Instituto Cultural Hispánico de Aragón) también mostró su interés por la restauración del Palacio de Sada y entró a formar parte desde julio de 1955 en el Patronato creado para su reconstrucción. Por parte del ICHA integraría el Patronato su presidente, Juan Bautista Bastero, Ramón Salanova y Emilio Alfaro, el gran propagandista del monarca, que se convirtió en el Secretario de un Patronato que aglutinaba las principales entidades franquistas de índole sociocultural[8].
Teodoro Ríos describía así el palacio de Sada antes de su restauración:
   “Es un antiguo edificio de sillería coronado de almenas. Ostenta la fachada, encima del arco de la puerta de entrada, un escudo de armas cobijado por una especie de templete formado por dos pilastras laterales y una cornisa con rompimientos. El escudo trae las piezas del apellido de Sada: menguante de plata, y en la punta, también en plata, todo ajedrezado, Sada de Sos; partido en faja; alto de gules, con luna de plata y orla jaquelada de oro y gules; bajo de plata, con dos órdenes de jaqueles de oro y gules. En casa de éstos nació Fernando el Católico[9]. Así es el escudo de la fachada; la faja está saltada en un trozo.
Puerta murada. Fuente: A.M.S.
     En la parte derecha hay señales de haber habido otra puerta, hoy murada, la cual guarda en su centro una clave de arco de piedra con el escudo real de Aragón, y sobre él, en forma romboidal, un cuadrito, también de piedra, con el anagrama de Jesús. Más a la derecha aparece una pequeña puerta. Completan la fachada varias ventanas y un balcón moderno.
     
Habitación del Palacio


             


      El interior deja adivinar que hubo en el piso principal amplias habitaciones y una pequeña en la cual dos líneas de ladrillos planos señalan el punto en que nació Don Fernando el Católico. Hay allí un azulejo que lo recuerda con estas palabras: Habitación en que nació Fernando el Católico.

      



Hogar del Palacio
     En piso más bajo hay una cocina que tal vez en otro tiempo no fue sino chimenea de calefacción del aposento en que se encuentra.
        La falda de dicha chimenea lleva en relieve un escudo partido en palo al lado derecho; en la parte superior, el escudo del apellido Sada de Sos; en la inferior, las barras de Aragón, y en el lado de la izquierda, el castillo roquero, igual que el que añadió Sos a su escudo cuando le agregaron la antigua villa de El Real.
     
Patio del Palacio de Sada. Fuente: Archivo Juan Mora Insa.
El patio de la casa es amplio. En él se desarrolla, por la derecha, la escalera de acceso al piso principal, y por la izquierda, otra menor que debió conducir a las habitaciones de servicio y administración.

     En medio, una gran columna de piedra soporta los entramados; su talla denota el final del XVI o los comienzos del XVII.
       Los techos, en general, son de madera e imitan sencillos artesonados.
      Es de gran interés arqueológico la capilla de San Martín, adosada al palacio, con el cual tuvo comunicación interior. Dos arcos en gradación le dan acceso desde la calle, y el interior es una nave formada por arcos sucesivos apuntados, los cuales sostienen una techumbre de madera. No tiene ábside; el templo está perfectamente orientado. Es edificio monumental de sillería perteneciente al período románico, de manera que podemos considerarlo como del siglo XIII.”

          La idoneidad de Sos del Rey Católico y el Palacio de Sada como escenario de la representación de los valores hispánicos y nacionalcatólicos la certificaría tempranamente el ICHA. El 2 de mayo de 1955 organizaba, según la terminología al uso, un acto cultural hispánico en la villa de Sos[10]. Con la asistencia de las autoridades locales y del grueso del Instituto, el acto giró en torno a la figura de Fernando el Católico. Tras las palabras del Padre Jáuregui, presidente de la Junta Local Fernandina y del alcalde de la villa, “el ilustre publicista, tan versado en los temas fernandinos”[11], Emilio Alfaro, disertaba sobre lo que debe la Hispanidad al Rey Don Fernando el Católico[12]. Juan Bastero, como presidente del ICHA cerraba el acto y daba paso a un momento de especial apoteosis con la ejecución por parte de la Banda Municipal del Himno a Don Fernando, compuesto por el propio Padre Jáuregui y Luis Fraca. Todo ello en el interior de la pétrea sala del Palacio de Sada, en cuyo escenario “aparecía el retrato del Caudillo, orlado por la bandera española desplegada y, a ambos lados, dos medallones de Don Fernando y Doña Isabel. En los palcos se ofrecía la simbólica policromía, como homenaje al Rey de la Hispanidad, las banderas de las naciones hispanoamericanas”[13].
     Con estas y otras ceremonias el Palacio de Sada llevaba camino de convertirse en un lugar de referencia en las conmemoraciones del nacionalcatolicismo zaragozano.
     Como anteriormente dijimos, el 18 de julio de 1955 comenzaron las obras, que siguieron hasta septiembre de 1956; en este plazo se terminaron las fachadas principal y lateral izquierda y se pudo cubrir la totalidad del perímetro construído. Se rehizo la galería de sol y se iniciaron los enlucidos interiores, obras en las que se invirtieron 300.000 pesetas.
     El 12 de noviembre se reanudaron de nuevo las obras, acometiendo el refuerzo de los tejados, recogida de las aguas, colocación de todos los entramados, distribución, escaleras, pavimentos, enlucidos, carpintería, herrajes, pintura, electricidad, decoración, urbanización, etc.
     Volviendo de nuevo al palacio y estudiando la planta, vemos que se trata de un edificio que ha sufrido grandes modificaciones con agregaciones sucesivas a un núcleo primitivo que corresponde a la zona del cuarto del rey. La única puerta de aquella época que queda en la fachada está situada precisamente en esa parte. La misma esquina derecha del edificio fue reconstruída, y de la parte primitiva no quedaba en la fachada más que la puerta pequeña y una ventana insignificante, demostrando que el rey nació en una vivienda modesta, como lo serían, seguramente, todas las de Sos en aquella época, en que los pueblos se formaban de casas pequeñas hacinadas dentro de la muralla.
     La situación de los Sada, como ya se ha dicho, cambió a raíz del nacimiento del rey Fernando, y procedieron a ensanchar su solar y ampliar el edificio, concretamente la zona del hundimiento que se produjo hacia 1924.
     Ultimamente sufrió el añadido del almenado y de las dos torrecillas laterales que le quitan mucho carácter, ocultando la cubierta, pues si estuviera acusada francamente y prolongados sus faldones con un alero, nadie dudaría que era un edificio típico aragonés. Seguramente a esta reforma se refieren los datos de las obras realizadas por el marqués de España, que habitó este palacio en el siglo XVIII.
     El 10 de marzo de 1957 las obras correspondientes a la primera fase habían concluído, invirtiéndose en ellas unas 800.000 pesetas, es decir, que tras la declaración de monumento nacional y después de más de 30 años, que supusieron un gran esfuerzo económico y mucho tiempo invertido, culminaban las obras de restauración.
       La reconstrucción del palacio fue realizada con el mayor respeto al rigor histórico. En el primer piso, uno de los salones se convirtió en biblioteca pública, creada por una Orden de 12 de febrero de 1957[14];otro se dedicó a biblioteca fernandina, instalada con decoro y propiedad, en sus vitrinas se colocaron autógrafos del Monarca y documentos históricos de gran interés, así como grabados de acontecimientos de gran relieve de la vida del rey Fernando; el salón del Trono se convirtió en sala de banderas, donde figuran todas las enseñas hispanoamericanas presididas por las nacionales, y que fueron donadas por un distinguido hijo de Sos, don Manuel Rodríguez Alvarez, excepto las banderas de Argentina y Uruguay, que fueron ofrendadas por peregrinos aragoneses en la peregrinación del crucero calasancio celebrado poco antes; en lugar de honor figura la corona de laurel en bronce dorado que ofreció el Caudillo en el V centenario del nacimiento de don Fernando; la cámara en la que nació el rey se reconstruyó con la antesala y el mirador que tuvo; y exteriormente la fachada y las almenas se reconstruyeron con los materiales más propios al estilo de la época.
Biblioteca. 1957. Fuente: A.M.S.
Sala de banderas. 1957. Fuente: A.M.S.

 En la parte izquierda de la puerta principal del palacio se colocó una lápida, en la que se lee:
Ya tocaba su total ruina esta casa de Sada, en que nació Fernando el Católico, cuando el Patrimonio fundado y presidido por el Excmo. Sr. José Manuel Pardo de Santayana y Suárez la reconstruyó totalmente, librándonos a todos de la nota de ingratitud hacia el mejor rey de España.Sos del Rey Católico, X Marzo MCMLVII

Teodoro Ríos describe así esta reforma:
“se rehizo casi todo el perímetro del anterior edificio, exceptuando algunas dependencias de la parte posterior y la iglesia de San Martín.
De la zona más antigua queda en la planta baja la entrada, el patio y unas dependencias interiores. De la parte de construcción más reciente del edificio, el patio de entrada, escalera principal de la derecha y la del fondo, que conduce a la biblioteca popular. Los locales de la izquierda están disponibles.
En la planta entresuela y a la derecha, en el rellano de la escalera, se ubicó la biblioteca Fernandina, con un anexo para almacén de libros. Falta por terminar en esta parte tres dependencias, dos de ellas sin entramar.
En la parte izquierda se ha instalado la Biblioteca Popular (El Centro Coordinador de Bibliotecas de Zaragoza ha presentado dos instalaciones de gusto excelente y gran acierto).
En la planta principal la escalera termina en un rellano desde el cual se pasa a la habitación donde nació el rey Fernando; desde esta habitación y su alcoba se llega a otro cuarto con salida a la galería de sol, y desde allí, al jardín de mediodía.
Por la derecha, un vestíbulo da paso al salón de banderas
Quedan por construir algunas dependencias, y en la zona antigua faltan por rehacer otras habitaciones que hoy no tienen destino.
Se ha completado el muro de cierre del jardín.
La plaza se ha urbanizado: gradas de subida, muro de contención, acera en la fachada, terraplenado de la plaza y enlosado en la entrada principal. La calle de acceso se ha pavimentado conservando su carácter.”
                    Pero el gran momento del Palacio llegaría en junio de 1957. Fue esa fecha la elegida para inaugurar el edificio rehabilitado. Las autoridades invitadas fueron numerosas: una delegación de autoridades del Ministerio encabezadas por el ministro de Educación Nacional Jesús Rubio, el director del Instituto de Cultura Hispánica Blas Piñar, y Carlos Lacalle, Secretario de la Oficina de Educación Iberoamericana y viejo conocido del ICHA. No faltó la representación de la Diputación Provincial y de la Institución “Fernando el Católico” que tanto empeño había puesto en la rehabilitación del Palacio, y que en un arrebato historicista se hizo acompañar por los ujieres, maceros y pajes, todos vestidos a la moda fernandina. El escenario había sido preparado cuidadosamente para la ocasión con este ambiente, que tal como pretendía, impresionó al cronista del ICHA Ramón Salanova:
                    “En la villa transfigurada y jubilosa, restallante al sol vivo de la naciente primavera, con sus banderas y estandartes, sus colgaduras y reposteros, sus artos y sus guirnaldas rematando,subrayando, silueteando torres, edificios y calles enteras, todo resultaba interesantemente evocador, y los giones, los pendones, los uniformes y dalmáticas parecían haber encontrado su marco y ambientes propios. (…) La imaginación había dado fácilmente un salto en el tiempo y todos nos habíamos retrotaído a la época de Don Fernando. Como escribió José Cabezudo, los pajes de la Diputación zaragozana, con sus trajes de época, parecía que iban a echar a correr por las calles voceando, como unos chicos traviesos, la noticia del nacimiento del Príncipe[15]”.


Palacio de Sada tras la restauración de 1957.

La restauración de Pons Sorolla

Teodoro Ríos ya vaticinaba el futuro del palacio de Sada al decir que “...conocéis rehecho el palacio de los Sada, pero tened en cuenta que con gran esfuerzo se ha atendido a una salvadora primera fase, pero quedan otras sucesivas por acometer hasta lograr que este evocador edificio, así como los monumentos e itinerarios, también muy meritorios y evocadores, y el pueblo mismo, puedan ofrecer al visitante la impresión de que todo está atendido debidamente.

Detallados los proyectos en su conjunto y garantizada su realización por una subvención del Estado, llegará a ser posible presentar dignamente a Sos del Rey Católico como la cuna del rey más grande que ha tenido España...”.



Estado del interior de la capilla de San Martín antes de la restauración de los años 60. Fuente: Revista electrónica de Patrimonio Histórico.
Capilla de San Martín restaurada. Fuente: www.sosdelreycatolico.com
                   Y no se equivocó D. Teodoro, pues como colofón a este magnífico palacio, a partir del año 1960 el arquitecto Pons Sorolla, en su campaña de revitalización de la villa, acometió la finalización de la restauración del Palacio, adecentando también su capilla privada de San Martín, todo gracias al deseo de la Dirección General de Arquitectura, que en la persona de don Miguel Angel García- Lomas fue posible emprender una actuación continuada y coordinada cuyos resultados son los que actualmente podemos apreciar en el itinerario histórico-artístico desde la puerta de Zaragoza a la puerta de la Reina, con la subida al castillo e iglesia desde la plaza Mayor. La inversión hecha en este itinerario y monumentos fue de 7.500.000 ptas. por parte de la Dirección General de Arquitectura, y de 1.000.000. de pesetas, destinado a la capilla de Sada, por el de Bellas Artes, cuyo proyecto consistió en una restauración, limpieza y rejuntado general de los sillares con mortero, reconstrucción de muros interiores y de una nueva cubierta con tablones y vigas de madera apoyadas sobre los arcos góticos.
Exterior de la iglesia de San Martín antes de la restauración. Fuente: Juan Mora Insa.

Iglesia de San Martín actualmente, tras la restauración.

El palacio de Sada en la actualidad.



Finalización de las obras

Tras la restauración del Palacio de Sada llegó otra fase de reconstrucción de la mano de los "Planes de rehabilitación de edificios para uso institucional o cultural" de la Diputación Provincial de Zaragoza, cuyos programas pretenden apoyar económicamente a los ayuntamientos que solicitan una ayuda para el adecentamiento de edificios para uso cultural o institucional, donde la D.P.Z. aportaría el 30% del presupuesto total. El Ayuntamiento de Sos vio una gran oportunidad para culminar las obras del palacio de Sada y verlo convertido en ese edificio que Teodoro Ríos ya vaticinaba años atrás, en una casa de cultura. Para ello era necesario que el ayuntamiento redactara un informe sobre el estado del edificio, las reformas a acometer y una justificación de peso para recibir la subvención. Por suerte, la inclusión de las obras de rehabilitación del Palacio de Sada se hizo efectiva,con un coste total de 3.000.000 de pesetas de los que el 30% se hizo cargo la D.P.Z[16]
En esta fase se llevaron a cabo las labores de limpieza y saneamiento de las humedades de las zonas adyacentes al jardín posterior, así como el acabado, pavimentación, pintura e iluminación de la mayor parte de las salas, siguiendo el proyecto redactado por el arquitecto Francisco Alós Barduzal. Igualmente se procedió a la eliminación de encalados para dejar el sillar a la vista, además de colocar los elementos de cerrajería y la renovación de la albañilería[17]


El palacio de Sada, centro de interpretación

                                               El último paso se daría con el proyecto del Territorio Museo del Pirineo, habilitando salas y espacios que permanecían vacíos y obsoletos para inaugurar en el año 2003 lo que actualmente es el “Centro de Interpretación Fernando II de Aragón,” donde por medio de paneles ilustrativos y audiovisuales, nos permite conocer mejor la vida y época del monarca.

Una de las salas del Palacio de Sada, con paneles ilustrativos y una maqueta de la Villa, obra de la familia Biel. Fuente: www.fotoprisma.es

              
 Nada más entrar, donde lo que en su día fue el patio ahora se ubican los servicios de información y turismo, atención al visitante, venta de entradas, publicaciones y otras zonas de libre acceso con información general de la villa, de la situación del palacio en el último siglo, de personajes ligados a la historia de Sos y una magnífica maqueta del gran conjunto monumental, completando esta estancia de la planta baja la tienda museo.Se ha intentado mantener la fisonomía original del patio y de la casa pero adecuándola a los nuevos usos del mismo, al igual que en el resto del palacio se ha intentado guardar una coherencia decorativa, cuyo resultado final es el que actualmente podemos contemplar.
Testamento de Fernando el Católico.
Fuente: www.oficinaturismosos.blogspot.com
      El recorrido por el Centro se inicia en la Sala de Cronología, con la rotunda afirmación del nacimiento del Rey Fernando en esta casa, como así lo atestiguan un documento escrito y rubricado por su padre, el Rey Juan II, en el libro de Actas de 1492 cedido temporalmente por la ciudad de Alzira, y otro documento, el único que existe, en el que el propio rey Fernando alude a su nacimiento en el Palacio de los Sada, cedido por el Ilustre Colegio de Notarios de Zaragoza. También vemos una magnífica colección de monedas de los reinos de la Corona de Aragón en la época de Fernando el Católico y diversos paneles temáticos en los que se ofrece una visión del contexto histórico de la España de los Reyes Católicos.
Para hacer llegar estos mensajes al visitante lo novedoso de este centro es que huye de escenografías convencionales y de un relato histórico excesivamente pormenorizado, apostando por evocaciones conceptuales que acercan al visitante a la idea que se quiere transmitir mediante la música, los objetos o la iluminación. Recorriendo otras salas más nobles del edificio observamos piezas patrimoniales de gran valor: una espada del rey Boabdil, armaduras de justas o una caña bombarda con su munición utilizada por los ejércitos del rey Fernando en la toma de Burgos.
La visita nos adentra en otra sala donde una magnífica pantalla de doce metros de largo nos ofrece un excelente y emotivo audiovisual sobre la vida y reinado de Fernando el Católico, desde su adolescencia hasta su muerte. Incluye además información documental que no suele ponerse al alcance del turista, como la Bula Falsa, entre otros, que sirvió de base al matrimonio de D, Fernando con Isabel de Castilla. También alude el audiovisual al mito, falso, por cierto, de la famosa divisa “tanto monta, monta tanto”(ver enlace), a los grandes hitos del reinado de los Reyes Católicos, a la conquista de Granada, a la expulsión de los judíos, al descubrimiento de América, la implantación de la Inquisición y otros temas sin duda totalmente interesantes y didácticos. 
Audiovisual en la capilla de San Martín de Tours
Fuente: www.fotoprisma.es
                  El recorrido termina con la visita a la capilla de la familia de Sada, San Martín de Tours (ver capilla), donde se ofrece un fabuloso audiovisual con elementos tecnológicos de última generación sobre la historia de Sos y sus gentes en el último milenio, donde los actores son gente voluntaria de la Villa.
Debido a la modestia económica de las entidades promotoras de este Centro de Interpretación, como son el Ayuntamiento de Sos, el Centro de Innovación y Desarrollo Rural del Pirineo y la Mancomunidad de las Altas Cinco Villas, Territorio Museo realizó un gran esfuerzo imaginativo y de gestión para buscar recursos económicos implicando en el proyecto a diversas entidades e instituciones, como la Obra Social y Cultural de Ibercaja o el Instituto Nacional de Empleo, entre otras, pero sobre todo fondos europeos. Hay que destacar la colaboración del Departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales, que permitió la financiación de los trabajos del Centro de Interpretación con varias ayudas económicas en las dos últimas fases del proyecto, de las cuales una tercera parte han tenido como fuente financiera el Plan de Comarcalización de las Cinco Villas.
El coste total de los trabajos asciende a 381.000 euros financiados por la D.G.A, Dpto. de Presidencia y Relaciones Institucionales con 229.000 euros; la Unión Europea con 80.000 y el Ayuntamiento de Sos y Mancomunidad de las Altas Cinco Villas con 72.000 euros[18].
A estas ayudas hay que añadir las colaboraciones en el área de promoción y comercialización del producto turístico en el marco del programa Leader Plus, el Area de Cultura de la Diputación de Zaragoza, la Universidad de Zaragoza, el Museo del Ejército, el Archivo de la Corona de Aragón, el Archivo Histórico Nacional, el museo de la Armería de Alava, el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, la Fundación La Caixa, el Instituto de Historia y Cultura Militar del Ministerio de Defensa en Madrid, el Museo de Chantilly o el Museo de Historia de Viena.

El escudo de los Sada

 
Escudo de la familia Sada sobre la puerta del Palacio
El escudo de la familia de Sada está compuesto por una media luna ranversada (invertida). La luna se plasmó como señal musulmana, ya que el Islam la adoptó por enseña, y la colocaron ranversada simbolizando el descanso de las fatigas pasadas y en recuerdo de sus hazañas contra los musulmanes en la Reconquista. 


 Rodeando la luna en su totalidad una franja de ajedrezado, como encuadrándola, y bajo ella un pequeño ajedrezado en dos filas. El ajedrezado simboliza la batalla, estrategia, nobleza, generosidad, autoridad y constancia en el valor.









[1] Mariano de Pano pudo reconocer poco antes de 1925, entre las distintas estancias del palacio, los vestigios de un antiguo torreón provisto de saeteras y algunos cimientos de los lienzos de su correspondiente muralla.(Información recogida por Teodoro Rios)en " Las primeras iglesias de piedra de la frontera de los Arbas, el Onsella y el Gállego". (Fernando Galtier Martí)
[2] A.H.P.S., Bartolomé Español, p. 477, ff. 14-15.
[3] A.H.P.S., Bartolomé Español, p. 477, ff. 12v-17v.
                        [4] Fco. J. Arraiza. ABC, 21/12/1924, pp. 8-9.
[5] Heraldo de Madrid. 03/04/1931., p. 15.
[6] José L. Barberan. Una mañana en Sos del Rey Católico. Periódico ABC, 26/10/1930., p. 13.
[7] Cenarro, A. Cruzados y camisas azules. Los orígenes del franquismo en Aragón, 1936-1945. Prensas Universitarias de Zaragoza. 1997, p. 263.
[8] Junto a estos miembros del ICHA el Patronato para la reconstrucción del Palacio de Sada quedó integrado por: el gobernador civil de Huesca; el Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza Antonio Zubiri; el alcalde de Zaragoza; el alcalde de Sos del Rey Católico; el Padre Mariano Jáuregui de la Junta Local Fernandina de Sos; el autor del proyecto Teodoro Ríos; Antonio Beltrán como Comisario de Zona del Servicio de Defensa  del Patrimonio Artístico Nacional: Joaquín Albareda como Director del Museo Provincial de Zaragoza; José Valenzuela La Rosa, Director de la Real Academis de Nobles y Bellas Aretes de San Luis; Luis Ximénez de Embún, Director del Centro Coordinador de Archivos y Bibliotecas; Fernando Solano y Victoriano Navarro por la Institución “Fernando el Católico”; Galán por el Ateneo de Zaragoza, y Lorenzo Muro por el diario Nueva España de Huesca. En Boletín del ICHA, nº 3, Zaragoza, 1956, pp.35-37
[9] Armonial de Aragón, Conde de Doña Marina, p. 52, letra S.
[10] La crónica del acto en la pluma de Ramón Salanova en el Boletín del ICHA, nº 3. Zaragoza, 1956, pp. 17-20.
[11] Boletín del ICHA, nº 3. Zaragoza, 1956, p. 17.
[12] Conferencia recogida en el boletín del ICHA, nº 3. Zaragoza, 1956, pp. 21-35.
[13] Boletín del ICHA nº 3. Zaragoza, 1956, p. 18.
[14] B.O. del Ministerio de 25-IV-1957.
[15] Boletín del ICHA, nº 4. Zaragoza, 1957, p. 48.
                   [16]A.M.S., sig. 134-011, 1985. Exp. de acondicionamiento de los locales culturales de esta Villa: Palacio de Sada y Lonja.
                    [17]Valle Ortigas, Ignacio. La fotografía como fuente documental para el estudio y conocimiento del patrimonio de Sos del Rey Católico (Zaragoza.) Trabajo fin de Grado. Universidad de Zaragoza, 2015.
[18] Sos abre el Centro de Interpretación de Fernando el Católico. Cuadernos de Cazarabet nº 19.





BIBLIOGRAFIA

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-CABEZUDO ASTRAIN y ANTONIO GUILLÉN DE JASSO. Noticias históricas de Sos. Cuadernos de historia Jerónimo Zurita, nº 3. Zaragoza, 1952.
-CASTRO FERNÁNDEZ, BELÉN Mª. Francisco Pons Sorolla y Arnau, arquitecto restaurador, sus intervenciones en Galicia (1945-1985) Universidad de Santiago de Compostela, 2007
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-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. La villa de Sos del Rey Católico.Parroquia de San Esteban. Ejea de los Caballeros, 1992.
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HEMEROTECA:
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-Barberán, José L. “Una mañana en Sos del Rey Católico”. Artículo ABC, 26/10/1930.
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-Cuadernos de Cazabaret, nº 19. "Sos abre el Centro de Interpretación de Fernando el Católico".17 de marzo de 2003.
-Periódico "Gaceta de Madrid", 10 de marzo de 1925.
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-Aragón. Revista gráfica de cultura aragonesa, año XII, nº 198, p. 38. Marzo/abril/mayo de 1946.

En la web:
-www.carvantesvirtual.com. Informe acerca de la declaración de monumento nacional del palacio llamado de Sada, en la villa de Sos (Zaragoza), donde nació el monarca don Fernando II de Aragón y V de Castilla, llamado el Católico.
-www.sosdelreycatolico.com
-www. armoria
-www. heraldaria.com











             

                




 





  














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