domingo, 27 de diciembre de 2015

ERMITA DE SANTA LUCÍA

Ermita de Santa Lucía. Sos del Rey Católico
La ermita de Santa Lucía se encuentra en el exterior de la muralla de Sos, en el margen derecho de la carretera que conduce a Sangüesa, frente al Portal de Levante, pero conviene recordar que antiguamente estaba incluída dentro del recinto amurallado de la villa, que era más amplio que el actual y que mandó destruir el Gobernador de Aragón en un plazo de veinte años, prorrogado por el rey Martín por ocho años más en 1402. Estas murallas “...corrían desde la Hermita de San Bartholomé incluyendo todo el terreno despoblado que entendemos con nombre de Huertos de Landa, hasta que se encuentra el camino que va a la Fuente del Puente; de forma, que estaba en medio de esta parte del Pueblo, la Basílica de San Miguel, que se dice haver sido Parroquia”[1]
Portada de Santa Lucía
Originariamente fue una construcción románica levantada a finales del siglo XII. Su estructura planimétrica se conserva casi por completo, si bien en la centuria siguiente se realizaron algunas modificaciones.
En la Edad Media estaba consagrada a San Miguel Arcángel, y en ella tuvo asiento una cofradía de Sos dedicada a éste santo, a San Esteban y a Santa Catalina de Alejandría, con derecho a enterramiento para sus miembros en el cementerio anexo a la misma. La festividad era celebrada el día 8 de mayo. La advocación de Santa Lucía es bastante reciente y data de principios del siglo XX, sin saberse el motivo del cambio de advocación por no quedar escrito alguno en el archivo parroquial, aunque quizás tenga algo que ver la presencia de una reliquia de Santa Lucía que hoy se guarda en la Iglesia.
El Libro de Mandatos y órdenes dadas y por el Ilmo. Sr. Prelado y Sr. Obispo de Jaca, (T.IV,5-V-1862), nos dice que: “El día 12 de diciembre de 1901 mediante autorización del prelado fue bendecida y bautizada por el párroco licenciado D. Nicomedes Rufas la campana que con el nombre de Lucía se colocó en la ermita del mismo nombre que para conmemorar la entrada del siglo XX se restauró a extramuros de esta misma villa, y al siguiente día 13 fue bendecida la iglesia por el coadjuntor de esta parroquia don Miguel Charle, mediante nueva autorización por haberse indispuesto el propio párroco D. Nicomedes Rufas; dicho coadjuntor celebró misa cantada y solemne y expuso la vida y martirio de Santa Lucía”. (Archivo Parroquial de San Esteban, Sos del Rey Católico)
Interior de Santa Lucía con su retablo antes
                     de la restauración de 1975.
                   Foto de archivo.
Fue en esta fecha cuando la antigua imagen de San Miguel Arcángel se sustituyó por un moderno retablo con la figura de Santa Lucía que ocupaba gran parte de la cabecera de la iglesia, retablo que se mantuvo hasta las obras de restauración de 1975.

Abside de la ermita de Santa Lucía
               Estas obras de restauración comenzaron en agosto bajo la dirección del arquitecto Pons Sorolla. La labor principal consistió en reforzar la plementería de la bóveda absidal que amenazaba ruina y en sustituir las primitivas lajas de piedra de la cubierta por tejas de tipo árabe. En el interior se procedió a limpiar los muros de la moderna pintura que los cubría simulando sillería y a desalojar del presbiterio el moderno retablo de Santa Lucía colocado a principios de siglo y que tapaba la estructura del ábside, impidiendo el paso de la luz a través de los tres vanos practicados en su cabecera. La labor de fijación de la decoración primitiva, que era posible distinguir a través de la cal en las zonas que no cubría el retablo, fue encomendada a personal especializado. Actuaron como restauradores, en esta segunda etapa, los señores Llopart y Anglada, de Barcelona. Primero llevaron a cabo un reconocimiento de los muros y bóveda realizando algunas catas en las zonas en las que podía haber pintura, para delimitar su superficie e importancia. En agosto de 1976 la pintura fue limpiada a punta seca (bisturí), ya que el uso de disolventes podía perjudicarla. A continuación se fijó al muro y se afianzó los labios del soporte (mortero) donde se había desprendido. En algunas zonas se puso mortero donde faltaba, continuando en tonos bajos las líneas maestras del original, que ya advirtió Abbad Ríos[2].
El resultado fue espectacular, sacando a la luz, con todo su esplendor, las maravillosas pinturas que habían permanecido “dormidas” hasta entonces y que actualmente podemos contemplar y admirar gracias a un fabuloso estudio realizado por la profesora Mª Carmen Lacarra.
Actualmente el 13 de diciembre los habitantes de Sos y de la comarca realizan una romería al lugar, siendo éste el único día del año que se abre la ermita.
Contrafuertes de los muros a modo de pilastras adosadas

Arquitectónicamente podemos decir que pertenece al románico tardío, de la primera mitad del siglo XIII[3]. La ermita está orientada, edificada en buena piedra sillar, provista en el exterior de contrafuertes a modo de pilastras adosadas que llegan hasta la cornisa. La iglesia consta de una única planta o nave rectangular, abovedada sin crucero, y ábside semicircular que únicamente presenta como decoración un pequeño ventanal rehundido; unos canecillos lisos sustentan la cornisa.
Canecillos lisos en la cornisa
La cubierta de la nave está dividida en tres tramos de cañón apuntado mediante arcos fajones que apoyan en semicolumnas terminadas en ménsulas figuradas colocadas a media altura del muro. Las ménsulas del lado del Evangelio muestran unas cabezas humanas, de hombre y mujer. El hombre lleva el cabello en forma de melena y se cubre con un pequeño bonete, y la mujer luce una toca que le enmarca la cara y que sostiene con una cinta por debajo de la barbilla.

 Las ménsulas del lado de la Epístola representan a unos monstruos, con las fauces amenazadoramente abiertas y sus ojos saltones fijos en los humanos, quienes parecen corresponder a sus amenazas con un poco de ironía. Cabría pensar que las cuatro ménsulas forman parte de un conjunto simbólico con lo que quizás el artista haya querido exponer de forma alegórica una contraposición entre el Bien y el Mal.
Portada de la ermita de Santa Lucía
Los capiteles del interior están todos decorados con motivos vegetales. La puerta de acceso se abre en el centro del muro occidental, de carácter gótico, sin tímpano, de simple estructura abocinada, con perfil apuntado, con cuatro arquivoltas que se apoyan en esbeltas columnas con capitel vegetal. La hechura de esta puerta es, a buen seguro, muy posterior al resto del templo, por lo que hace suponer que las obras comenzaron a finales del siglo XII por la cabecera y terminaron en el s. XIII con la portada principal. Una pequeña espadaña de un solo ojo corona el hastial de poniente, encima de la portada.
Capiteles de la portada con decoración vegetal
En el muro meridional hay una segunda puerta sin moldurar a través de la cual se accedía al cementerio en el que podían enterrarse los miembros de la cofradía medieval con advocación a San Miguel que existió en Sos. Actualmente el cementerio no existe, pero queda constancia del mismo en el Archivo de Protocolos Notariales de la Villa de Sos en un documento del año 1511 en el que se recoge un testamento con la voluntad de ser enterrado en el cementerio de la Iglesia de San Miguel, que está fuera de los muros de la villa, junto a ella.
Puerta del muro meridional
Espadaña sobre la portada
                            La prácticamente carencia de adornos escultóricos que amenicen el edificio y el uso masivo de la piedra, aparejada en forma de sillería irregular, le confieren una severidad próxima a la que se advierte en las obras de la Orden del Cister, que en aquella época desarrolló una importante actividad en la zona.
Ménsula de una semicolumna del
lado de la Epístola.
Foto de archivo.
Ménsula de una semicolumna del
lado del Evangelio.
Foto de archivo.

En cuanto a la decoración pintada de sus muros destacan las pinturas de su cabecera, sacadas a la luz, como antes se dijo, tras las recientes obras de restauración del edificio. Estas pinturas cubrían toda la cabecera, desde el suelo hasta la bóveda y de un extremo al otro de la misma. Hoy sólo queda la zona central de la capilla, dividida en dos frisos por la ventana axial que la ilumina, como elocuente testimonio de su importancia artística.


             La escena representada, identificada por Carmen Lacarra, trata de conmemorar el episodio más popular de la leyenda de San Miguel Arcángel, aquélla que motivara la dedicación de un santuario a su advocación en la cima del monte Gargano (Montesantángelo) por el obispo y pueblo de Siponto, en el Apulia, en el mismo lugar en el que se había aparecido el Arcángel por primera vez, según el texto latino de la Aparicio sancti Michaelis in Monte Gargano (siglo VI). Este episodio es el triunfo militar alcanzado por sipontinos y beneventinos frente a los napolitanos paganos, merced a la intervención directa del arcángel. La escena muestra dos grupos de doce caballeros cada uno, enfrentados entre sí, teniendo los del lado del Evangelio unas enseñas consistentes en una cruz de plata sobre campo de gules, lo que se identifica con los emblemas de los caballeros franceses que iban a la Cruzada; en cambio el grupo de caballeros del lado de la Epístola no llevan la cruz, con lo que se puede asociar con los guerreros a los que ayudó a derrotar el Arcángel. En el extremo izquierdo del conjunto, en el lugar ocupado en el lado de la epístola por una ancha greca con motivos geométricos, se observa a un obispo vuelto de rodillas hacia el centro del ábside, orando con las manos juntas, mirando a un pequeño ángel que desciende de lo alto señalándole, representando el momento en el que San Miguel se muestra al obispo y le dice el momento en el que los caballeros de la cruz deben atacar para alcanzar la victoria.
Sipontinos y beneventinos se enfrentan a napolitanos paganos.Lado del Evangelio. Reproducción sobre tabla de las pinturas murales de la ermita de Santa Lucía. Sos del Rey Católico. Tabla del taller de diseño, artesanía y restauración de Esther y Luis, en Luceni (Zaragoza)

En los intradoses de las ventanas y en la bóveda hay pinturas cuyo tema es el Juicio Final. En el intradós de la ventana central aparecen dos figuras de adolescentes tocando instrumentos musicales, el de la izquierda hace sonar un cuerno de caza, instrumento que simboliza la llamada del espíritu para la guerra santa, y el de la derecha una trompeta, evocadora del Juicio Final. En el intradós de la ventana abierta del lado del Evangelio aparece un anciano, de barba y cabellos blancos, con un libro en la mano izquierda: es el profeta Daniel, el primero que escribió sobre San Miguel a través de la revelación divina que recibió del arcángel San Gabriel. En el intradós del lado de la Epístola se muestra a un ángel de carácter juvenil con actitud risueña, y cuyos brazos señalan hacia lo alto; se muestra de cuerpo entero, vestido con túnica larga de color blanco, con las alas dobladas para acomodarse en el poco espacio que dispone; es el arcángel Gabriel, quien fue el mensajero celeste ante el profeta Daniel.
En la parte del muro restante entre la terminación de las ventanas absidales y el inicio de la bóveda quedan tres zonas en forma de arco de medio punto con vestigios de decoración. En la zona central apenas se identifica nada; en el lateral izquierdo sólo se ven las extremidades inferiores de un animal carnívoro, de regular tamaño, tal vez mostrando el peso de las almas por el Arcángel San Miguel ante la presencia de Lucifer. En el lado derecho se representa la segunda aparición del Hijo del Hombre, apareciendo Cristo entronizado y coronado como Rey, con un ángel de pie que lleva en las manos un flagelo y una columna (las armas de la Pasión); en el extremo derecho del trono y totalmente deteriorado aparece arrodillada la Virgen María, con los brazos alzados y las manos juntas en actitud de súplica; viste túnica blanca, bajo manto encarnado y se cubre la cabeza con un velo; y en el lado opuesto estaría San Juan Evangelista, en una actitud similar a la de María, como intercesores de los hombres ante Cristo el día del Juicio Final.
En los muros extremos de la capilla mayor, en los dos espacios situados entre las ventanas laterales y el arco de ingreso a la boca del ábside hubo también pintura, hoy prácticamente borrada. En el lado del Evangelio se distingue una silueta femenina en pie, vestida con túnica larga, con las manos alzadas en gesto de oración o acatamiento, pudiendo ser la Virgen María formando parte de una Anunciación de la que el arcángel San Gabriel hubiera desaparecido. En el lado de la Epístola permanecen los restos de lo que parece haber sido una Epifanía o Adoración de los Reyes Magos: se reconoce, cerca de la ventana, a la Virgen María con el Niño, recortada sobre fondo azul y enmarcada con una fina tracería trilobulada. El manto que envuelve la figura de María perfila una silueta graciosamente curvada, con la elegancia de una obra tallada en marfil, a cuyo efecto plástico contribuye la ausencia total de policromía, sustituida hoy por el tono claro de la pared. Aparece de pie, ligeramente vuelta hacia el lado derecho del muro, donde parecen estar los Reyes Magos, con el Hijo apoyado en el brazo izquierdo en actitud de mostrarlo a los visitantes; en su mano derecha lleva una rama con cinco hojas recortadas, en cuyo extremo hay posado un pájaro multicolor muy bien conservado. Madre e Hijo lucen nimbos de santidad y ella, además, corona de reina.
Todas estas pinturas pertenecen al estilo lineal tradicional del gótico o francogótico de comienzos del siglo XIV, conservando todavía algunos resabios románicos, como los elementos de compartimentación espacial y la escenografía, más simbólica que narrativa por la ausencia de paisaje. Se utilizó la técnica del fresco, habiendo realizado los contornos de las figuras en negro para rellenar después las superficies con los colores negro, ocre, blanco, rojo y azul. Por su entronque con el arte de la miniatura franco-inglesa de finales del siglo XIII y comienzos del XIV se relacionan con el arte figurativo de la misma época y estilo desarrollado en Pamplona. No hay que olvidar que Sos dependió eclesiásticamente del obispado de Pamplona hasta el siglo XVIII, y que en la Edad Media el Reino de Navarra estuvo bajo dominio francés en algunos momentos (Juana I de Navarra (1275-1316) y de su esposo Felipe I de Francia (1285-1314), por lo que las influencias artísticas son fácilmente explicables.
La imaginería de la iglesia está representada por una talla barroca de Santa Lucía, la titular de la ermita desde 1301, labrada en madera durante el siglo XVIII y policromada recientemente.




[1] Cabezudo Astrain, José. Noticias históricas de Sos, p.171.
[2] Abbad Ríos, Francisco. Catálogo monumental de España, Zaragoza. Pag. 639.
[3] En el Cantoral de la iglesia de San Esteban de Sos, publicado por el P. Galindo Romeo, se nombran varias iglesias además de la parroquial, sin mencionar ninguna con la advocación de San Miguel Arcángel, lo que quiere decir que por los años en que dicho Cantoral se redactaba, (1059-1120), no se habían iniciado las obras de su construcción. Lo que se confirma, indiscutiblemente, con el estilo del edificio. (P. Galindo Romeo, Sos en los siglos XI-XII, “Revista Universidad”, año I. Zaragoza, 1924, pp. 90-97)





BIBLIOGRAFÍA



-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. Catálogo monumental de España, Zaragoza. C.S.I.C. Madrid, 1957.
-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. El románico en Cinco Villas. I.F.C., D.P.Z. Zaragoza, 1979.
-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. "Las pinturas murales de San Esteban de Sos". Archivo Español de Arte,XLIV, nº 173, pp. 37-38. Madrid,1971.
-CABEZUDO ASTRAIN, JOSÉ. “Noticias históricas de Sos”. C.H.J.Z., nº 3, pp. 162-182. Zaragoza, 1952.
-GALINDO ROMEO, PASCUAL. Sos en los siglos XI y XII. Revista Universidad, año I. Zaragoza, 1924.
-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. La villa de Sos del Rey Católico. Parroquia de San Esteban.1992.
-LACARRA DUCAY, Mª CARMEN. “Las pinturas murales góticas de la villa de Sos del Rey Católico (Zaragoza)” VV.AA. Nuria Asín García (Coord.) Comarca de las Cinco Villas, pp.171- 177.Col. Territorio, 25. D.G.A. 2007.
-LACARRA DUCAY, Mª CARMEN. “Pinturas murales en Santa Lucía de Sos del Rey Católico”. Rev. Príncipe de Viana, nº 152-153, pp. 483-496. Pamplona, 1978.
-LACARRA DUCAY, Mª CARMEN. “Pinturas murales en las iglesias de Sos”. VV.AA. Arte religioso en Sos del Rey Católico. I.F.C. Zaragoza, 1978.
-LACARRA DUCAY, Mª CARMEN. “Una joya del arte medieval aragonés: la iglesia de San Miguel Arcángel en Sos del Rey Católico”. Programa oficial de Fiestas Mayores. Sos del Rey Católico, 2012, pp.56-58.
En la web:
-www.sosdelreycatolico.com. Ermita de Santa Lucía

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